Aprendiendo a volar (vivir)


Avanzo lentamente, tres pasos y pego un salto, lo hago despacio porque me quedo pensando en el golpe que me voy a dar por hacer esta estupidez, caigo cerca del lugar desde donde empecé sin sufrir más que un pequeño golpe.
Me decido a intentarlo de nuevo, esta vez pienso menos, estoy casi decidido a hacerlo pero alguien me detiene, me aconseja que es una imprudencia, que es mejor quedarse con lo que uno es y no explorar nuevos horizontes, entonces me digo que quizás esté en lo cierto y bajo mi cabeza rendido.
Pero luego pienso que esa persona que me aconsejó, no soy yo, quizás él ni siquiera sepa porque quiero saltar, aunque el otro lado me da un poco de miedo por ser desconocido, sé que quiero intentarlo.
No me animó, es difícil intentarlo, implicará un cambio muy grande en mi vida; y que pasa si luego de saltar me arrepiento y quiero volver atrás ¿Puedo hacerlo? Depende de cuán grande sea el salto que des, quizás te convenga saltar unos metros, y si sientes que todavía no estas lo suficientemente preparado podrás volver atrás, pero habiendo experimentado, que se siente estar un poquito mas adelante, en un lugar distinto al que estabas. En realidad puedes avanzar mucho y luego retroceder pues, aunque siempre te digan que tienes que ir para adelante, arrepentirse no es signo de derrota, nadie té quita la experiencia que obtuviste de cada uno de los saltos que realizaste, y si no es lo que esperabas, seguramente algún aprendizaje extraerás de aquella experiencia.
Observa a los pájaros, fíjate como vuelan, como se trasladan de un lugar a otro, a veces los admiro, pienso que sería lindo tener la facilidad que tienen ellos para ir donde se les antoja. Que bueno sería poder trasladarnos a otros lugares, a otras maneras de ver las cosas o de relacionarnos con los demás, sin sentir que por ello dejamos una parte nuestra.
Después de todo el tiempo que me llevó decirme esto, cuando finalmente estoy decidido a saltar, tomo carrera y cuando quiero iniciar el despegue me doy cuenta que mi cuerpo ya no puede hacerlo, me siento viejo y sin fuerzas, así que tomo un taxi hacia el aeropuerto y subo a una avión; me encuentro volando muy alto, miro las nubes por las ventanillas y sonrió pensando que finalmente me atreví a dar este salto aunque con ayuda de la tecnología.

Mauricio J. Strugo (boletin 7 septiembre 2007)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy buenos los articulos, me gusto mucho este último, sigue así

Juan Ignacio (Lima, Peru)

Anónimo dijo...

Mauricio:
Son excelentes tus articulos,y este me en particular me llego muy de cerca.
te mando un beso
susy

Anónimo dijo...

Yo dije lo mismo cuando tuve que ir al psicólogo. Pero cuando terminé las terapias, me di cuenta de que te ayudan, y muchísimo.