Cuantas veces escuchamos esta respuesta cuando aconsejamos a alguien esta opción. Ahora que se repita constantemente en el discurso social no quiere decir que sea una verdad.
Es necesario darnos cuenta que nos encontramos, con este tipo de respuestas, rondando el campo de los prejuicios, que son ideas internalizadas de discursos ajenos, que sin ser sometidas al pensamiento, uno adopta como propias. Basta que cada uno de nosotros piense un poco para darse cuenta que todos tenemos algunos prejuicios.
En este artículo es mi objetivo, primero dar cuenta que nos encontramos, como ya lo empecé a decir, ante una respuesta prejuiciosa; y seguidamente me gustaría someter a este prejuicio al pensamiento, para que luego, cada uno pueda obtener sus propias conclusiones.
La Psicología entre otras cosas se ocupa del sufrimiento psíquico. La ansiedad, el miedo, la angustia, el pánico, el duelo, la culpa y otros fenómenos psíquicos, juegan una mala pasada a todas las personas; uno puede sentir miedo y no por eso ser un loco, pero la cuestión de la locura es compleja, en realidad lo que quiero decir con esto es que la psicología al ocuparse por ejemplo del sufrimiento psíquico trabaja con algo que es propio de la humanidad y no patrimonio exclusivo de una enfermedad mental, aunque en estas, estos fenómenos tienen una significación especial.
Quién diga que en su vida nunca sintió nada de este orden, nos esta ocultando algo que compartimos todos, aunque no de la misma forma. ¿Es que como no querer no hablar del sufrimiento? Si en esta sociedad del “llame ya” y también del “soluciónelo ya” nos acostumbran, desde siempre, a seguir para adelante, a no caer, porque el que tropieza, es débil, el que deja de producir ya no sirve.
Pero el dolor psíquico, no es como un dolor de estomago, que cede y ya; este sufrimiento requiere de un tiempo diferente al que nos propone la rutina diaria. Además de nada nos sirve ocultar lo que nos pasa defendiéndonos bajo la formula de “eso es para locos”.
La psicología ofrece la posibilidad de un espacio en el cual esta permitido sufrir, pero que debemos aprovechar para entender lo que nos pasa y así poder elaborarlo, que no quiere decir para nada, olvidarse del problema, sino correr aquella piedra que no nos deja continuar el camino, en vez de saltarla.
Ahora bien, así como me parece que cuando un problema nos excede es necesario asesorarnos con un profesional, sostengo la idea de que la psicología o el psicólogo, no debe ser una muleta sobre la cual tengamos que apoyarnos por el resto de nuestras vidas; siempre habrá sufrimientos, algunos más soportables que otros, y para cada persona será difícil establecer cual será el sufrimiento más tolerable y él menos, pero habrá situaciones dolorosas que podremos tramitar con ayuda de la familia, de nuestros amigos o de nuestra pareja y otros que nos excedan y en las que sea necesario consultar un profesional.
Entonces, cuando tomamos la decisión de consultar a un psicólogo, no debemos sentirnos diferentes, el reconocer que algo nos pasa y demandar ayuda, muy por el contrario de lo que nos hacen creer, es signo de una futura madurez.
Mauricio J. Strugo (Septiembre 2007 boletin 7)
Es necesario darnos cuenta que nos encontramos, con este tipo de respuestas, rondando el campo de los prejuicios, que son ideas internalizadas de discursos ajenos, que sin ser sometidas al pensamiento, uno adopta como propias. Basta que cada uno de nosotros piense un poco para darse cuenta que todos tenemos algunos prejuicios.
En este artículo es mi objetivo, primero dar cuenta que nos encontramos, como ya lo empecé a decir, ante una respuesta prejuiciosa; y seguidamente me gustaría someter a este prejuicio al pensamiento, para que luego, cada uno pueda obtener sus propias conclusiones.
La Psicología entre otras cosas se ocupa del sufrimiento psíquico. La ansiedad, el miedo, la angustia, el pánico, el duelo, la culpa y otros fenómenos psíquicos, juegan una mala pasada a todas las personas; uno puede sentir miedo y no por eso ser un loco, pero la cuestión de la locura es compleja, en realidad lo que quiero decir con esto es que la psicología al ocuparse por ejemplo del sufrimiento psíquico trabaja con algo que es propio de la humanidad y no patrimonio exclusivo de una enfermedad mental, aunque en estas, estos fenómenos tienen una significación especial.
Quién diga que en su vida nunca sintió nada de este orden, nos esta ocultando algo que compartimos todos, aunque no de la misma forma. ¿Es que como no querer no hablar del sufrimiento? Si en esta sociedad del “llame ya” y también del “soluciónelo ya” nos acostumbran, desde siempre, a seguir para adelante, a no caer, porque el que tropieza, es débil, el que deja de producir ya no sirve.
Pero el dolor psíquico, no es como un dolor de estomago, que cede y ya; este sufrimiento requiere de un tiempo diferente al que nos propone la rutina diaria. Además de nada nos sirve ocultar lo que nos pasa defendiéndonos bajo la formula de “eso es para locos”.
La psicología ofrece la posibilidad de un espacio en el cual esta permitido sufrir, pero que debemos aprovechar para entender lo que nos pasa y así poder elaborarlo, que no quiere decir para nada, olvidarse del problema, sino correr aquella piedra que no nos deja continuar el camino, en vez de saltarla.
Ahora bien, así como me parece que cuando un problema nos excede es necesario asesorarnos con un profesional, sostengo la idea de que la psicología o el psicólogo, no debe ser una muleta sobre la cual tengamos que apoyarnos por el resto de nuestras vidas; siempre habrá sufrimientos, algunos más soportables que otros, y para cada persona será difícil establecer cual será el sufrimiento más tolerable y él menos, pero habrá situaciones dolorosas que podremos tramitar con ayuda de la familia, de nuestros amigos o de nuestra pareja y otros que nos excedan y en las que sea necesario consultar un profesional.
Entonces, cuando tomamos la decisión de consultar a un psicólogo, no debemos sentirnos diferentes, el reconocer que algo nos pasa y demandar ayuda, muy por el contrario de lo que nos hacen creer, es signo de una futura madurez.
Mauricio J. Strugo (Septiembre 2007 boletin 7)
5 comentarios:
Hola, estoy asistiendo a terapia y no habia podido compartirlo con nadie, ahora veo que no tengo porque tener verguenza ni sentirme diferente
Tali B. (Israel)
hola.. bueno mauri, la verdad es que sos un muy buen psicologo.. y tenes un corazon muy grande porque te gusta ayudar a las personas.. esta muy buena tu web y tus textos.. te extranio mucho !
nos vemos en enero !
besos..
Noe.. una personita muy especial!
muy bueno lo que escribiste,podes ayudar a mucha gente, nunca lo habia pensado de es manera .lucre
Me encantó lo que escribiste mauri, leí la mayoría, pero no todo.
Se te extraña, un besito :)
Hola! Antes era mi forma de pensar. Solo iban a los psicologos los que estaban locos. Con el tiempo me di cuenta que es un espacio unico donde uno puede expresarse desde un lugar distinto a lo habitual. Ayuda mucho a conocerse mas a uno mismo, sus limitaciones y sus reacciones.
Exitos en esta hermosa pagina!
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